Dentro de cada persona cuerda hay un loco luchando por salir a la luz.

jueves, 6 de marzo de 2008

De ánimas y aparecidos virtuales


Desde hace unos días, vagaba por mi mente la idea de publicar algo relacionado con los cuentos de ánimas y aparecidos, típicos del folclore llanero. La Llorona, la Sayona, el Silbón, o aquellas que van al son del contrapunteo como Florentino y el Diablo.

Dichosos aquellos que como yo pudieron escuchar alguna vez una de estas leyendas. A kilómetros de las luces que nos ciegan en la ciudad, en medio de la nada. En medio de la llanura, donde no se escucha más que la brisa del viento, el sisear de las culebras y el croar de algún que otro sapo, que se ha colado entre las hamacas y esteras que velan los sueños o pesares del ser llanero.


Esas eran las leyendas con las que nos asustaban de pequeños; las que nos hacían buscar a tientas en la oscuridad alguna mano conocida, o las que nos hacían desviar la mirada contínuamente hacia atrás. Leyendas empero que hasta al más llanero de los llaneros le helaban la sangre.

Sin embargo, algunas tradiciones se pierden en los avatares del tiempo y, en esta época de "interconexión", cualquier elemento que ataña a nuestros sentimientos es presa fácil de las empresas, los engaños y, por supuesto, de internet. Así, Jorge Gómez Jiménez, escritor venezolano que acabo de descubrir, escribía por allá a principios del milenio:

"El mecanismo de creación de las leyendas sobre apariciones en los pueblos latinoamericanos es sencillo: un hombre y una mujer quieren tener sexo sin despertar las habladurías del pueblo; una ventana abierta o una cita a oscuras en una plantación, detrás de la casa familiar de la ardorosa vestal, sirven de escenario a caricias, besos y otras manifestaciones amatorias menos inocentes. Eventualmente el hombre debe huir y, ante la posibilidad de ser descubierto, se cubre con una tela, de color claro u oscuro, que le sirva de escondite portátil. Un caminante nocturno lo ve y corre la voz en la forma de una advertencia terrorífica: «Anoche vi un espanto»."

[...]

"Mientras usted lee esto, miles de internautas crédulos distribuyen, de buena fe, entre amigos y relacionados de todo tipo, un mensaje que asegura que Microsoft y America Online están regalando 245 dólares a cada persona que, justamente, distribuya el mensaje. Así, del «encuentro amatorio» de las dos grandes corporaciones ha surgido una muestra de la más reciente imaginería electrónica, de la que se vuelven caja de resonancia todas aquellas personas que, por algo que podríamos denominar pereza cerebral, no se detienen por un momento a pensar si lo que dice el mensaje es, al menos, posible."


Una nueva e ingeniosa visión sobre la creación de leyendas urbanas inspiradas, por lo visto, en esas leyendas de a pie que circulan tradición oral mediante, y que hoy día se han convertido en una nueva fórmula de engaño, o no.




Ilustración de Geroca, La llorona, 2006

Artículo de Jorge Gómez Jiménez, Del amor al rumor, en Ciberespacio de lo humano.

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