
Ahora mismo me tumbaría en una hamaca.
No importa dónde.
Lo mismo en los llanos que en la selva.
A orillas del Orinoco o en medio de la maleza.
Me lanzaría por el borde del mundo.
Cabeza abajo por el Churún-Merú,
y de boca al Cañón del Diablo.
Ahora mismo abriría las ventanas,
miraría la luna, si la hubiese,
y robando todo el aire a esta fría noche,
desaparecería.
Pero no tengo hamaca.
Aquí el aire está concentrado;
el grifo dejó de gotear hace rato
y el único Diablo que conozco es la amarga rutina.
1 comentario:
muy. muy. muy.
bueno.
me gusto.
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